Ya no vivan en el pasado

En 2011 sucedió una de las mayores tragedias naturales de nuestro tiempo, cuando un tsunami mató al menos a 16.000 personas en Japón. Pero además de las muertes, algo aún más triste: la desaparición de 2.500 personas, que aún 10 años después del evento, todavía no se han localizado. Recientemente, en el décimo aniversario de la tragedia, se encontró los huesos de una de estas víctimas: era Natsuko Okuyama, una señora que tenía 61 años en el momento de la tragedia. El hijo de la mujer dijo: “Estoy muy feliz de que mi madre reapareciera. Esto me permitirá poner en orden mis emociones y seguir adelante”.

Aunque me alegra pensar que el hijo de Natsuko ahora puede seguir adelante, me preocupa pensar que no lo pudo hacer en los últimos 10 años. No tengo detalles de su vida, pero sé que es muy fácil quedar atrapados a algo y no seguir adelante. Un matrimonio que acabó en divorcio, un trabajo perdido, una empresa que cerró o la muerte de un ser querido son eventos que necesitan, pueden y deben ser superados.

La palabra de Dios es muy clara cuando recomienda: “Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado”. Y esta recomendación es seguida por una hermosa promesa: “¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?” Cuando elijo aferrarme a Dios y su palabra, puedo entender que Él tendrá algo nuevo para mi vida y que puedo superar los eventos pasados, sin importar cuán difíciles hayan sido.

Finalmente, alguien dijo: “El que desperdicia el hoy lamentando el ayer, desperdiciará el mañana lamentando el hoy”.

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Oración: Señor, quiero superar todas las frustraciones y decepciones de mi pasado y recibir lo nuevo de ti. ¡Amén!

Versículo base: Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. (NVI) Isaías 43:18-19