“Y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”

Jocelyn Bell Burnell fue una astrofísica británica que, en 1967, siendo aún estudiante, descubrió los primeros indicios de un púlsar, situado en la constelación de Vulpécula. Un púlsar es una estrella de neutrones que, en virtud de su intenso campo magnético, transforma la energía de rotación en energía electromagnética. El dato curioso de la historia de Jocelyn Bell fue que su director de tesis y también su jefe, Anthony Hewish, fue quien, por este descubrimiento, terminó ganando el premio Nobel de Física en 1974. Jocelyn Bell no sólo fue excluida del premio, sino que en el comunicado de prensa ni siquiera se mencionó su nombre.

Vivimos en un mundo en el que no siempre se reconocen nuestros esfuerzos. Es más, es posible que en muchas ocasiones, quien reciba los méritos de tu trabajo, sea otra persona. Y cuando me encuentro con historias así, recuerdo lo que dijo Jesús en Mateo 6, versículo 4: “Y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”.

Los que conocemos a Cristo no hacemos nada por el reconocimiento de este mundo, porque no buscamos acumular tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban”. Nos interesa mucho más lo que Dios ha preparado para nosotros.

Y volviendo a la historia de Jocelyn Bell, su trabajo, más tarde, fue reconocido. Tanto que hoy escribo sobre ella. Y en diciembre de 2014, ella fue elegida como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo por la BBC, 40 años, después del Premio Nobel entregado a su jefe.

Nuestro Dios, que ve lo que hacemos en secreto, nos recompensará. En esta vida o en el cielo. En eso creo.

Oración: Señor, decido no hacer nada por el reconocimiento de este mundo, porque sé que tú, que ves lo que hago en secreto, me darás lo justo y necesario para mi vida. Amén.

Texto base: Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. »No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban. (NBA2005) Mateo 6, versos 3, 4, 19 e 20.

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