¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?

Personas esperan una palabra, pero no hay predicador

Algo que pude entender hace un tiempo es que no necesitaba un título de pastor o graduación en seminario para hacer algo por el reino de Dios. Así nació Hora de Orar. Del simple deseo de compartir diariamente la palabra de Dios con los demás, nació este ministerio, que hoy llega a más de 10,000 personas cada mes.

Este ministerio nació de hacerme dos preguntas, que también debes hacerte: “si no ahora, ¿cuándo? Si no soy yo, entonces ¿quién?” Al hacerme estas preguntas, pude entender que no debía esperar a que otros hicieran algo. Debía hacerlo yo mismo. Y también pude entender que ya había llegado el momento. Era hora de predicar el evangelio. Era hora de orar.

Pablo en su carta a los Romanos también hizo preguntas importantes: “¿Cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado?”

¿Qué le impide predicar las verdades de Dios? ¿Qué le impide apoyar a los que predican? ¿Qué le impide compartir las verdades que recibe a diario? “¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?”

Oración: Señor, decido predicar tu palabra. Elegí anunciar las verdades de tu palabra, aún sin un título o formación pastoral, porque, ¿cómo van a escuchar, si no hay nadie para predicar? Bendíceme y capacítame Señor. ¡Amén!

Versículo base: “Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: ‘¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae* buenas nuevas!'” (NVI) Romanos 10:14-15

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