Vida perfecta

No soy un experto, pero sé una cosa sobre la vida perfecta: no existe. Así como no hay un trabajo perfecto, una relación perfecta, un proyecto perfecto o hijos perfectos.

Estamos en un mundo de imperfecciones. Y la gran mayoría de nuestras frustraciones provienen de esto. Esperamos la perfección de donde no puede venir. Esperamos la perfección en nuestro cónyuge, en nuestros hijos e incluso en el mesero del restaurante. Queremos la perfección en el trabajo, en nuestras finanzas, en la organización del hogar. Y aquellos que tienen algo de TOC, como yo, sufren aún más.

Aceptar que el mundo es imperfecto es el primer paso para una vida de paz. No esperes la perfección de lo que es imperfecto. Solo en Dios podemos encontrar la perfección. Y aunque el texto base de hoy nos invita a ser perfectos como nuestro padre es perfecto, es importante comprender el verdadero significado del versículo: la perfección debe ser una meta, una búsqueda diaria de nuestra vida, aunque sabemos que es inalcanzable en esta vida terrenal. Sin embargo, debemos seguir nuestro modelo de perfección, que es nuestro padre celestial.

Mi objetivo es ser cada día más parecido a Cristo. Esta es mi búsqueda de la perfección.

Oración: Señor, mi deseo es cada día ser más parecido a Cristo, mi modelo de perfección. Amén!

Versículo base: “Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.” (NVI) Mateo 5: 48