Un capitán que no abandona
El vuelo 181 de Lufthansa, fue un avión secuestrado por 4 terroristas del Frente Popular para la Liberación de la Palestina, el 13 de octubre de 1977. El avión despegó de Palma de Mallorca, en España, con dirección a Frankfurt, cuando, ya en el aire, fue tomado por terroristas, que exigían la liberación de los prisioneros palestinos, bajo amenaza de volar el avión con todos los pasajeros a bordo, si no se cumplían sus demandas. El avión aterrizó y volvió a despegar en Roma, Chipre, Bahréin, Dubái y Adén, hasta que finalmente fue invadido por soldados en el aeropuerto de Mogadiscio, en Somalia, el 18 de octubre. De los 4 terroristas, 3 fueron asesinados durante el rescate. Entre los pasajeros y la tripulación, la única víctima mortal del secuestro fue el capitán del vuelo, Jurgen Schumann, que fue ejecutado por los terroristas, tras haber abandonado el avión para inspeccionar posibles daños en el exterior de la aeronave y haber regresado voluntariamente al interior del avión. Debido a que se “retrasó” en el exterior, los terroristas lo ejecutaron delante de todos los pasajeros, sin darle ninguna posibilidad de explicar el retraso en la inspección.
Al leer sobre esta historia, pensé en la actitud del capitán, Jurgen Schumann, quien, estando fuera del avión, que ya llevaba varios días secuestrado, decidió regresar. No hay dudas de que estaba cansado, agotado, física y mentalmente, pero no abandonó a sus pasajeros y ni tampoco a su tripulación. Tuvo la oportunidad de huir, de escapar y salvar su propia vida, pero pensando en su deber como capitán, y en la vida de todos a bordo, decidió hacer lo correcto y regresar al avión. Y hacer lo correcto tuvo un alto precio, que fue pagado por Schumann: su propia vida.
Vivimos en una época en la que muchas familias son abandonadas por su “capitán”. Los hombres cambian a sus familias por una relación extramatrimonial, abandonan a sus hijos para vivir una “aventura” o destruyen a sus familias porque su esposa “se queja demasiado“. Un hombre que abandona a su familia es un capitán que abandona a su tripulación y a sus pasajeros. Pero honorable es el capitán, que no tiene cuidado de su propia vida, para salvar la vida de los suyos.
Este mensaje es para ti, hombre, que ha pensado en abandonar a su familia. Estos pensamientos provienen del enemigo, que quiere la destrucción de tu hogar. Regresa a tu avión, quédate a bordo y busca a Dios, quien te dará fuerza y sabiduría para saber qué hacer.
Oración: Señor, quiero permanecer a bordo y ser el capitán de mi familia. Dame sabiduría para saber liderar a mi familia y construir un hogar de paz. Amén.
Versículo base: Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos. (NTV) 1 Timoteo 5:8