Tu propósito es tu satisfacción

Eclesiastés, capítulo 3, es el famoso capítulo que habla del tiempo. Comienza diciendo, en el versículo 1, que “todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Y luego continúa citando varios ejemplos: “tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar” (versículos 2 y 3). Estos ejemplos continúan hasta el versículo 8.
La traducción en portugués del pasaje de Salomón dice que “hay un tiempo para cada propósito bajo el cielo“. Y si le preguntas a cualquier persona qué es propósito, lo más probable es que te conteste que propósito es misión, designio, objetivo, proyecto, destino, etc. Y esto está correcto.
Sin embargo, es interesante notar que la palabra elegida por Salomón en hebreo para propósito es “chephets” que significa deleite, placer. Por lo tanto, podemos entender que hay satisfacción en el propósito.
El propósito que Dios pone en tu vida no debe ser una carga, una tortura. Cuando estés cumpliendo tu propósito, encontrarás satisfacción, deleite, placer en cumplir esa misión, ese designio, esa meta o proyecto. Si no disfrutas lo que estás haciendo hoy, es posible que no sea parte de tu propósito.
Busca a Dios en oración este día. Él quiere revelarte el propósito que tiene para tu vida.
Oración: Señor, quiero vivir mi propósito aquí en esta tierra. Mi deseo es vivir plenamente, complaciéndote en todo. Y sé que encuentro deleite en cumplir tus designios. Amén.
Versículo base: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.” (RV1960) Eclesiastés 3: 1
Sobre o Autor
Bernardo Reinke
Bernardo Reinke es brasileño, cristiano, miembro de la Iglesia Cuadrangular Carismática, en Ibague, Colombia. Nació y creció en un hogar cristiano, y comparte diariamente sus experiencias con Dios a través de devocionales simples, directas y prácticas.