Soledad

Un niño sentado bajo un árbol. Isaías 41:10

Génesis 1 narra la creación. Y en Génesis 2, podemos ver con más detalle la creación del hombre y la mujer. Después de darle a Adán instrucciones sobre sus deberes y responsabilidades, Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”, Génesis 2: 18. En Génesis 3: 8, también podemos ver que Dios tenía la costumbre de caminar por el Edén, para mantener una relación de amistad junto al ser humano y hablar con él.

También podemos ver que Salomón, el hombre más sabio que jamás haya vivido, en el libro de Eclesiastés nos enseña que “más valen dos que uno” porque “si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!”. Y agrega que “si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse?”, Eclesiastés 4: 9 a 11.

No fuimos creados para la soledad. Nuestro creador, Él que nos diseñó, nos hizo para estar en compañía de otras personas. Pero también en la compañía de Él. Por eso, envió a Cristo Jesús para morir por nosotros y restablecer una relación que estaba corrompida.

Dios no escatima esfuerzos para que no estés solo. Si se siente solo, sepa que este no es el plan de Dios para su vida. Así que hoy te desafío a buscarlo. Estoy seguro de que Él te escuchará y nunca más te sentirás solo.

Oración: Señor, sé que no estoy solo, porque tú estás conmigo. Sé que puedo avanzar, sosteniendo tu mano derecha, la que me dará la victoria en mis batallas. Amén!

Versículo base: “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.” (NVI) Isaías 41: 10


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