“Si no vas a orar, mejor cállate”
La frase que dio título de esta reflexión, la escuché del pastor Andrés Corson y aunque parezca agresiva, está llena de sabiduría y fundamento en la palabra de Dios. “Si no vas a orar, mejor cállate”.
Entendamos que Dios ha establecido principios para este mundo, nos guste o no. Uno de ellos es el de la ORACIÓN. Dios eligió la oración como el medio por el cual interfiere en nuestro mundo. Es decir, cuando oramos, podemos cambiar situaciones en nuestro mundo, por la acción de la mano poderosa de Dios. Si no oramos, estamos sujetos al libre curso de la naturaleza y del libre albedrío dado al ser humano. El mundo por si solo determinará el resultado de cada situación que viveremos.
Sin embargo, si ya es arriesgado no orar, podemos empeorar mucho las cosas, por medio de nuestras palabras. Porque también hay poder en nuestras palabras, siendo este, otro principio establecido por el creador del universo. “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.”. Es decir, en nuestra boca hay vida y muerte. Y comeremos del fruto de las palabras que decimos, sean ellas de vida o de muerte.
Por eso, la primera opción es orar, para que Dios venga y cambie lo que hay que cambiar, ajuste el camino y conduzca nuestra vida. Sin embargo, si decidimos no orar, es mejor guardar silencio, para que nuestras palabras no sean nuestra propia condenación.
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Oración: Señor, quiero aprender a orar, para entregarte todas las situaciones de mi vida. Y aprender a hacer un buen uso del poder que hay en mis palabras. ¡Amén!
Versículo bíblico: En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto. (NVI) Proverbios 18:21