Show aereo de Sknyliv
Fue el 27 de julio de 2002. Un espectáculo aéreo en Ucrania terminaría en tragedia, cuando un caza se estrelló, mientras intentaba realizar una acrobacia, mató a 77 personas e hirió a más de 500. Los dos pilotos, que se expulsaron del avión, antes de que el mismo se estrellara, fueron condenados por homicidio involuntario, cuando asumieron hacer maniobras con las que no estaban familiarizados.
Un evento como este me recuerda que soy responsable por las personas que me rodean. Me recuerda que mis actitudes siempre deben ser las correctas. Y cuanto más “entrenado” pueda estar yo, mejor.
Tú y yo no volamos un caza en un espectáculo aéreo. Aún así, tenemos el poder de lastimar a las personas que nos rodean. Podemos matar sueños, matar esperanza, relaciones o matar familias. Nuestras palabras, nuestras actitudes e incluso nuestra omisión, matan. “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace”, Santiago 4:17.
El tribunal concluyó que los pilotos no estaban lo suficientemente entrenados para las maniobras que fueron realizadas. Por eso, necesitamos entrenar. Y nuestro mejor entrenamiento es meditar en la palabra de Dios (y te felicito, porque eso es lo que haces cuando lees este devocional). Además, debemos orar. Que nosotros, tú y yo, entrenemos más y más, para ser mejores personas, que no lastimen o maten a los que nos rodean. “Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.”, Mateo 12:37.
Oración: Señor, quiero aprender a cuidar a los que me rodean. Y siempre tener palabras que construyan y no las que matan. ¡Amén!
Versículo base: El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal. Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado. Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará. (NVI) Mateo 12:35-37