Saber cuándo hablar y cuándo callar

Una carita habladora y una carita callada

La Batalla de Santiago es como se conoció el partido entre Chile vs Italia, el 2 de junio de 1962, en disputa válida por la Copa del Mundo que se realizaba en el país chileno. Considerado hasta el día de hoy como el partido más violento de la historia de las copas, la policía tuvo que intervenir en varias ocasiones, ya que hasta entonces no había tarjetas amarillas ni rojas, creadas tras este partido (e motivadas por él). El partido, ganado por Chile 2-0, tomó el carácter de “guerra“, días antes del partido, debido a declaraciones de periodistas italianos sobre Chile: “Miseria extrema, prostitución, teléfonos que no funcionan, transporte ineficiente“, fueron solo algunas de las críticas publicadas en la prensa italiana que llamaron la atención de los chilenos que entonces tenían un solo deseo: “Poner a los italianos en el lugar que les corresponde”. El clima en el país se volvió tan hostil para los italianos que los periodistas debieron regresar al país europeo, debido al gran riesgo para su integridad física.

Es inevitable leer un relato como este sin recordar Proverbios 15:1: “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego“. Todo lo que decimos tiene el poder de despertar enojo o calma en nuestro interlocutor. En nuestra boca y en nuestras palabras está el poder de traer la paz o el caos.

Tengo mis reservas con las personas que dicen con orgullo: “Yo sí hablo todo, digo la verdad en la cara” o “la verdad hay que decirla“. Creo que la verdad siempre será verdad, siendo dicha o no. Y Proverbios 18:2 nos recuerda que “el necio no se deleita en entender, sino en exponer sus pensamientos“. Así que a veces decir la verdad puede ser un comportamiento de necio, porque cuando la palabra es dura, despierta la ira.

Oración: Señor, quiero ser sabio en mi hablar y saber cuándo callar. ¡Amén!

Versículo base: La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades. (NVI) Proverbios 15:1-2

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