Sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo?
Doris Gil Santamaría fue elegida Miss Colombia, en 1957, y junto con el título, el derecho a disputar Miss Universo al año siguiente. Sin embargo, Doris decide renunciar a su corona para casarse con Helmuth Bickenback. En su lugar acudió al certamen Luz Marina Zuluaga, quien terminó por ganar el Miss Universo de 1958.
La pareja representaba una de las historias de amor más bonitas y conocidas de Colombia. Decidieron vivir en una casa en el campo. Todo iba bien, hasta que el 27 de diciembre de 2002 miembros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) secuestraron a la pareja. Y el 25 de junio de 2003, 6 meses después del secuestro, ambos fueron asesinados por las FARC en un presunto (no confirmado) intento de rescate fallido por parte de las fuerzas militares del país.
Doris y Helmuth vivieron una increíble historia de amor y complicidad de 45 años, como pocas veces se ve en nuestro mundo. Y aunque mi mente humana no puede entender por qué Dios permitió que esta historia de amor tuviera tal final, solo puedo pensar que vivieron 45 años de un amor con el que la gran mayoría de las parejas de nuestro mundo no logran vivir.
Los humanos tenemos una tendencia natural a cuestionar a Dios. Y es normal ver solo el lado malo, sin reconocer lo bueno que Dios ha hecho. Una tragedia como esta del relato de hoy, nos hace pensar que Dios no nos ama y consideramos los 6 meses trágicos más relevantes que los 45 años de amor y felicidad. Pero el mismo Dios que da la vida es el que permite que se la quite. Su soberanía es más alta que mi comprensión.
Finalmente, recuerdo las palabras de Job a su esposa cuando ella le dijo que debía maldecir a Dios y morir: “Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo?” Job 2:10.
Creo que el nivel espiritual más alto es aquel capaz de comprender Job 2:10.
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Oración: Señor, quiero crecer lo suficiente espiritualmente para comprender lo que, humanamente, no es posible comprender. ¡Amén!
Versículo base: Su esposa le reprochó: ¿Todavía mantienes firme tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete! Job le respondió: Mujer, hablas como una necia. Si de Dios sabemos recibir lo bueno, ¿no sabremos también recibir lo malo? A pesar de todo esto, Job no pecó ni de palabra. (NVI) Job 2:9-10