¿Quien soy yo?

¿Quien soy yo? Esta fue la pregunta que Moisés le hizo a Dios en Éxodo 3:11: “¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar a los israelitas de Egipto?“

Por supuesto, tú y yo también ya nos hemos hecho esta pregunta, ante algún reto que se nos ha planteado. Pero, ¿quién soy yo? Sin embargo, cuando hacemos esta pregunta, nos estamos olvidando de que realmente no somos nosotros. Porque el trabajo no es nuestro. Tal vez tú y yo no somos los más geniales o no tenemos todas las habilidades y destrezas que se requieren. Pero Dios dice: “Yo estaré contigo“. Y si Dios está conmigo, no importa en absoluto quién soy yo.

No pocas veces tengo desafíos frente a mí que parecen mucho más grandes de lo que soy. Como Moisés, tengo miedo, me siento pequeño, incapaz, insuficiente. Pero aquí es cuando necesito recordar quién va conmigo.

Oración: Señor, los desafíos que tengo en mi vida son mucho más grandes que yo. Pero sé que estás conmigo, y por eso sigo adelante con fe y esperanza. ¡Amén!

Versículo base: Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel. Pero Moisés protestó: —¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel? Dios contestó: —Yo estaré contigo. Y esta es la señal para ti de que yo soy quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, adorarán a Dios en este mismo monte. (NVI) Éxodo 3:10-12