Poder y miedo

Se dice que cierto rey era muy temido por su pueblo. Este rey era cruel y ordenaba ejecutar a cualquier hombre, mujer, joven o niño que lo desafiara. Tomados por el miedo, ninguna persona en el pueblo se atrevía a desafiarlo, o incluso levantar los ojos para mirarlo.
En ese pueblo, también había un hombre muy sabio. Él era reconocido por todos por su sabiduría. Llegó a los oídos del rey que no había hombre más sabio que este. Entonces el rey ordenó que trajeran al sabio ante él. Los soldados del rey fueron al pueblo y trajeron al sabio por la fuerza para que se presentara ante el rey. Entonces el rey preguntó:
– “Quiero saber si un sabio como tú también me teme, como todos los demás. ¿Tienes miedo?“
A lo que el sabio respondió:
– “No, no tengo miedo“.
Entonces el rey gritó en voz alta:
– “¿No tienes miedo? ¿Cómo no vas a tener miedo si tengo el poder de matarte ahora mismo?“.
Entonces el sabio respondió:
– “Tu poder se basa en el miedo. Y yo no tengo miedo. Por lo tanto, ya no tienes poder sobre mí”.
El rey, aún más furioso, gritó:
– “¡Hoy mismo morirás!“
– “¿Y qué poder tendrá su majestad sobre un hombre muerto?“, preguntó el sabio, sin perder la calma.

Al escuchar estas palabras, el rey pensó que matarlo no tendría sentido. Y pasó el resto de los días, pensando en cómo tener poder sobre ese sabio, pero nunca encontró una respuesta. Hasta que un día, ese rey se enfermó y murió. Sin encontrar nunca una manera de tener poder sobre ese sabio.

Cuando estamos atrapados por el miedo, damos poder a lo que tememos. Y ese es el plan del enemigo, que quiere traer miedo y preocupación a nuestras vidas. Pero cuando no le tememos, le quitamos todo su poder sobre nuestras emociones y sentimientos.

Finalmente, en este pequeño cuento, el sabio entendió como nadie el texto de Mateo 10:28: “No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.”

Oración: Señor, no quiero temer a Satanás y sus ataques. Le quito al diablo todo el poder que pueda tener sobre mis emociones. ¡Amén!

Versículo base: No teman a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.* Teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. (NVI) Mateo 10:28