Para que seamos perfectos y completos

¿Sabes por qué el primer carro que se vendió en la historia se llamó “Ford T”? Bueno, “Ford” es fácil de explicar porque lleva el apellido de su creador, Henry Ford. Pero entonces ¿por qué la letra “T”? Es sencillo de explicar y entender: cuando Herny Ford comenzó a desarrollar el primer automóvil, empezó con el modelo “A”. El segundo intento fue el modelo “B”, luego el “C” y así sucesivamente, hasta llegar finalmente al modelo ideal, que lo alcanzó sólo hasta la letra “T”, es decir, en el intento número 20.
Si esto en sí mismo es una prueba de persistencia, constancia y resiliencia, la historia cuenta que cuando llegó al “Ford D”, ya no tenía dinero para invertir en el proyecto. Fue al banco e hipotecó su casa. Con ese dinero consiguió avanzar hasta el modelo “Ford M” y nuevamente se le acabó el dinero. Regresó al banco y obtuvo una extensión de su hipoteca, sin embargo, le advirtieron que solo tenía 6 meses para pagar al banco o perdería su casa.
Como todos sabemos el “Ford T” fue un éxito absoluto, Herny Ford no perdió su casa y todo su esfuerzo, constancia y persistencia se vieron recompensados.
Me encantan las historias de hombres y mujeres que perseveraron en la búsqueda de sus sueños y metas. Y cuando voy a la palabra de Dios, veo que Él se complace en la constancia. Santiago nos dice que “cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse.” Y luego dice lo que la constancia produce: “una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada.”
Lo que Santiago nos dice es que los desafíos que atravesamos producen constancia en nosotros. Y esa constancia nos hace perfectos y completos, sin que nos falte nada. No hay manera de estar completo sin la constancia. Cualquiera que comienza algo y luego se da por vencido no alcanzará la plenitud de los propósitos que Dios tiene para su vida. Si Henry Ford hubiera renunciado en el “Ford M”, habría perdido su casa y nunca habríamos visto el “Ford T”. La constancia lo llevó a la plenitud de lo que Dios tenía para él, y nada le faltó.
¿Quieres vivir la plenitud de lo que Dios tiene planeado para tu vida? ¿Alguna vez has pensado en convertirte en alguien a quien no le falta nada? Así que persevera, se constante. No renuncies a tu fe, a buscar más de Dios cada día y a tener una vida de oración y santidad.
Oración: Señor, quiero perseverar y ser constante para alcanzar la plenitud y ser completo en lo que tienes para mi vida. Amén.
Versículo base: Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. (NVT) Santiago 1:2-4