¿Para dónde vas?
No estoy seguro si de verdad sucedió esta historia. Sin embargo, cierta o no, es muy interesante e ilustrativa.
Se dice que Albert Einstein viajaba en un tren que salió de Princeton. Cuando el encargado de revisar los boletos de pasajero pasó, Einsten no pudo localizar el suyo. El encargado dijo: “Dr. Einstein, lo conozco. Estoy seguro de que compró el boleto. No se preocupe”. Einsten le agradeció y el encargado siguió adelante, revisando los otros boletos de pasajero. Sin embargo, al regresar, notó que Einsten insistia en encontrar su boleto. “Dr. Einstein, Dr. Einstein, no necesita preocuparse, sé quién es usted. No hay problema. No necesita un boleto. Estoy seguro de que lo compró”. Entonces, para su sorpresa, Albert Einsten le dijo: “Joven, también sé quién soy. Lo que no sé es a dónde voy. Por eso estoy buscando mi boleto”.
¿Moraleja de la historia? Aunque seas un genio y sepas muy bien quien eres, necesita saber a dónde va.
Así que detente ahora mismo y piensa. Tómese unos minutos y responda con sinceridad: ¿a dónde va? ¿Dónde has estado llevando tu vida? ¿Tiene total claridad sobre a dónde va o simplemente está sentado en un tren esperando a ver a dónde llega?
En varios momentos de mi vida, tuve que decidir a dónde ir. Y en algunos otros, dejo que la vida me llevara, como un tren que no tiene destino. Y aprendí que siempre es mejor decidir mi camino. Y nada mejor que decidir con la guía de Dios. “El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor”, Proverbios 16: 9
Oración: Señor, pido tu dirección en mi vida. Guía mis pasos. ¡Amén!
Versículo base: El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. (NVI) Proverbios 16:9