Para Dios no hay favoritismos
Esta historia es bastante peculiar. En 1938, JRR Tolkien (autor del libro Hobbit) estaba negociando la traducción de su libro al alemán, cuando recibió una carta del partido nazi para averiguar si el tenía alguna descendencia judia. La respuesta de JRR Tolkien fue histórica porque en pocas palabras, y usando mucha clase, respondió: “Esa pregunta es ridícula y la creencia de que el origen ario es del norte de Europa es completamente incorrecta, porque de hecho es indoiraní. Y yo lamento no ser de origen judío y sé que muy pronto, tener un nombre alemán será una verguenza”. Puedes encontrar la carta completa aqui.
A los humanos nos gusta sentirnos superiores a los demás. Es un hecho que todos nosotros, incluidos usted y yo, nos consideramos mejores que alguien, ya sea por su raza, religión, situación política o económica, ascendencia o cultura. Si eres de derecha, por ejemplo, ciertamente consideras a los de “izquierda” como ignorantes. O al revés, si eres de izquierda. También recuerdo que cuando fui a estudiar inglés a Alabama, unos amigos me dijeron que no era el mejor lugar en los Estados Unidos para aprender inglés.
Lo que quiero decir aquí es: tal vez pienses que tus argumentos son válidos, pero en algún momento, consideras que algunos son superiores a otros. Pero, afortunadamente, nuestro Dios no es así. Dice en su palabra que “el rico y el pobre tienen esto en común: el Señor es el Creador de ambos”, Proverbios 22: 2. Pedro también dice en su carta que “para Dios no hay favoritismos“. Por eso quiero ser como Dios y no considerar a nadie superior a nadie, entendiendo que simplemente somos diferentes, ni mejores ni peores.
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Oración: Señor, quiero tratar a todos de la misma manera. Quiero considerar que todos somos diferentes, pero no superiores ni inferiores. ¡Amén!
Versículo base: Pedro tomó la palabra, y dijo: –Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia. (NVI) Hechos 10:34-35