¿No valen ustedes mucho más que ellas?

Un mini-cuento de Gabriel García Márquez cuenta la historia de un suicida, que se lanzó desde el décimo piso.

Es el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde un décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

Al leer el cuento, me puse a pensar de que es muy probable que tu vida y la mía tenga mucho más valor de lo que realmente creemos. Creo que muchos de nosotros subestimamos el valor que tenemos para las personas que nos rodean y principalmente para Dios. Olvidamos que Dios nos creó “a su imagen y semejanza” (Génesis 1:27). ¿Alguna vez has pensado en ello? Fuiste creado a imagen y semejanza de Dios, del que creó los cielos, las estrellas, la tierra y el universo. El se parece a ti.

Y sabiendo que tu y yo podríamos no conocer el valor de nuestra vida, Cristo mismo, hijo de Dios, bajó a la tierra y nos trajo palabras de su propia boca diciendo: “Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?” Con esas palabras, Cristo queria reafirmar que tenemos mucho más valor para Él que todo el resto de la creación.

Tu vida tiene valor! ¡Mucho más de lo que jamás imaginaste!

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Oración: Señor, estoy agradecido porque sé que mi vida tiene valor para ti. Mucho más allá de lo que puedo imaginar. ¡Amén!

Versículo base: Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? (NVI) Mateo 6:26