No temas, porque yo estoy contigo

El Everest es conocido mundialmente como el punto más alto de nuestro planeta. Se estima que el monte Everest se encuentra a 8.849 metros sobre el nivel del mar. Los registros indican que a fines de 2017, 4.833 personas habían alcanzado la cima del Monte Everest. Sin embargo, 288 murieron al intentar hacerlo. Las mayores dificultades de los escaladores son el frío extremo, que congela cualquier parte del cuerpo mínimamente expuesta al medio ambiente, la nieve completamente congelada y ralentizada, la falta de oxígeno, el viento y por supuesto, la nieve se desliza. Finalmente, en el punto más crítico de la subida, muchos escaladores tardan hasta 12 horas en recorrer menos de 2 km.

Podemos comparar la escalada al Everest como el camino de nuestras vidas. No negaré que vivir es un desafío. No es fácil afrontar todas las dificultades, luchas y tristezas que nos presenta la vida. Y precisamente por eso, Jesús vino a este mundo, para hacer este camino, como un humano. Por lo tanto, Él sabe exactamente lo difícil que es y conoce, en la carne misma (literalmente), el desafío que es vivir.

Entonces, podemos saber que Él estará con nosotros. No estamos solos en este viaje. “Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa.”.

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Oración: Señor, sé que no estoy solo en este camino de la vida. Quiero seguir adelante, sosteniendo tu mano. ¡Amén!

Versículo base: Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. (NVI) Isaías 41:10