No recline su asiento
Si has estado viajando en avión o en bus últimamente, sabrás que los espacios entre los asientos parecen cada vez menores. Y realmente están. En 1985, la distancia entre los asientos era entre 83 y 91 cm y actualmente está entre 73 y 83 cm. Y se pone mucho peor cuando la persona frente a ti reclina su asiento. Por eso, he venido a traer la propuesta: no recline su asiento.
Sé que reclinar tu asiento es tu derecho. Sé que el banco fue diseñado para que se pueda reclinar y estés más cómodo. Sin embargo, si afecta a la persona inmediatamente detrás de ti, no lo haga. Porque “amar a tu prójimo como a ti mismo” se trata de eso, de renunciar a tu derecho y a tu comodidad, para que el otro pueda estar mejor, aunque sea un completo desconocido para ti.
Esta pequeña ilustración pretende mostrarnos lo que es, en la práctica, “amar a tu prójimo como a ti mismo“. Este amor debe mostrarse en las cosas pequeñas, en la vida cotidiana, en la amabilidad, en el trato, en el habla suave, en el interés por el otro, en el altruismo, en la renuncia a su derecho y comodidad. Debe manifestarse aun cuando quien lo recibe no se dé cuenta de lo que has hecho. Porque tal vez alguien frente a ti nunca reclinó su asiento, por amor a ti y nunca lo supiste.
Oración: Señor, quiero aprender de manera práctica lo que significa “amar a mi prójimo como a mí mismo”.
Versículo base: –Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? –Áma al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’ –le respondió Jesús–. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Áma a tu prójimo como a ti mismo.’ (NVI) Mateo 22:36-39