No nos vamos a callar
El submarino Titan de OceanGate, fue noticia en todo el mundo cuando implosionó durante el descenso para visitar los restos del Titanic, el famoso barco naufragado en 1912. OceanGate no carecía de advertencias de que su submarino no era seguro. Varios expertos de todo el mundo habían enviado, incluso por escrito, sus expresiones de preocupación y la empresa llego a amenazar con demandas legales contra las personas que apuntaban los problemas de diseño del submarino y también despidió a los empleados que alertaron sobre los mismos problemas.
Nada muy diferente de lo que vemos en nuestro mundo, con respecto a lo que aprendemos en la palabra de Dios. Cualquiera que predique que la homosexualidad es una abominación ante Dios será amenazado con demandas legales. Empleados también son despedidos de sus empresas, muchas veces por mantener su fe y no ceder a ciertas presiones sociales. Al igual que OceanGate, la humanidad desciende más y más profundo en la inmoralidad, creyendo que nada puede pasar y llamando “natural” lo que no lo es. Y silenciar a los cristianos y sus advertencias ha sido la salida del mundo.
En Romanos, capítulo 1, el apóstol Pablo da un relato, que parece haber sido escrito en la actualidad: el habla sobre hombres que “afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios” (versículo 22) y “cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira” (versículo 25). ). Y “por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas. Aun las mujeres se rebelaron contra la forma natural de tener relaciones sexuales y, en cambio, dieron rienda suelta al sexo unas con otras. Los hombres, por su parte, en lugar de tener relaciones sexuales normales, con la mujer, ardieron en pasiones unos con otros. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres y, como consecuencia de ese pecado, sufrieron dentro de sí el castigo que merecían”. (Versículos 26 y 27).
En muchos países del mundo, la ideología de género se ha apoderado de las escuelas, del cinema, de las redes sociales y de los parlamentos. Diariamente se crean leyes para silenciar a los cristianos y no permitirnos predicar la verdad. Pero no nos callaremos. No permitiremos que la humanidad se hunda más y más en la inmoralidad, ya que conocemos los riesgos y continuaremos advirtiendo sobre las verdades de Dios.
Oración: Señor, no me callaré y siempre anunciaré la verdad de tu palabra. Aunque puedan existir leyes que me lo prohíban, quiero proclamar tu verdad. Amén.
Texto base: Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios. Y, en lugar de adorar al Dios inmortal y glorioso, rindieron culto a ídolos que ellos mismos se hicieron con forma de simples mortales, de aves, de animales de cuatro patas y de reptiles. Entonces Dios los abandonó para que hicieran todas las cosas vergonzosas que deseaban en su corazón. Como resultado, usaron sus cuerpos para hacerse cosas viles y degradantes entre sí. Cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira. Y así rindieron culto y sirvieron a las cosas que Dios creó pero no al Creador mismo, ¡quien es digno de eterna alabanza! Amén. Por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas. Aun las mujeres se rebelaron contra la forma natural de tener relaciones sexuales y, en cambio, dieron rienda suelta al sexo unas con otras. Los hombres, por su parte, en lugar de tener relaciones sexuales normales, con la mujer, ardieron en pasiones unos con otros. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres y, como consecuencia de ese pecado, sufrieron dentro de sí el castigo que merecían. Por pensar que era una tontería reconocer a Dios, él los abandonó a sus tontos razonamientos y dejó que hicieran cosas que jamás deberían hacerse. (NTV) Romanos 1:22-28