No hay nada encubierto que no llegue a revelarse

En la década de 1960 se realizaron estudios de rayos X a la momia del faraón de Egipto, Sequenenre Tao II, buscando comprender cómo fue su muerte. Sin embargo, en ese momento, la tecnología no estaba tan desarrollada como lo está hoy, por lo que se realizó un nuevo estudio, llegando a conclusiones bastante distintas a las de ese momento. En la primera evaluación, se concluyó que el faraón probablemente habría muerto en batalla. En la segunda evaluación, se concluyó que el faraón murió durante una “ceremonia de ejecución”, luego de ser hecho prisionero.

Es impresionante pensar que el hombre es capaz de desentrañar hechos que sucedieron hace miles de años. Y si incluso el hombre puede descubrir algo que no ha visto ni presenciado, cuánto más lo hará nuestro Dios, que ve y sabe todas las cosas. Dios conoce todas las cosas y de Él no podemos ocultar nada.

Entonces, cuando miro su palabra, veo que ella dice que “no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.“. Todo se revelará, desde la ejecución de un faraón hace miles de años hasta lo que tú y yo hacemos en secreto hoy mismo.

Por eso, lo mejor es ser transparentes en todo lo que hacemos. Sin mentiras, engaños ni hechos ocultos.

Oración: Señor, no quiero mentiras, engaños o hechos ocultos en mi vida. Deseo vivir una vida de transparencia ante ti y los que me rodean. ¡Amén!

Versículo base: Así que no les tengan miedo; porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. (NVI) Mateo 10:26