No hagas lo que quieras
En los Estados Unidos, entre 1862 y 1876, se imprimieron varios billetes de céntimos de dólar. En esa época se imprimían billetes de 3, 5, 10, 25 y 50 céntimos. Y en un momento, ocurrió un hecho curioso que acabó pasando a la historia. El superintendente responsable de imprimir los billetes se llamaba Spencer Morton Clark. Y en marzo de 1963, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la impresión de una nueva serie de billetes de céntimos, y informó que el billete de 5 céntimos llevara la efigie del famoso explorador William Clark. Spencer entonces, que también tenía el mismo apellido que el explorador Clark, pensó que esta era su oportunidad de pasar a la historia: Spencer Clark no hizo lo que le dijeron, sino que imprimió las notas con su propia cara y no con la del explorador Clark. Y hasta que el Congreso de los Estados Unidos se dio cuenta del “error”, se habían impreso muchas notas. Este hecho motivó una nueva ley, vigente hasta el día de hoy, que establece que sólo las personas muertas pueden tener sus rostros impresos en dinero estadounidense. Hoy en día, los billetes de 5 centavos de Spencer Clark son muy codiciados por los coleccionistas.
Spencer Clark hizo lo que quiso. Tenía una orientación clara, pero “se hizo el loco” para hacer lo que quería. De la misma manera, tú y yo, no pocas veces, ignoramos las verdades de la palabra de Dios para hacer lo que queremos.
Jonás también hizo lo que quiso. Tenía orden de ir a Nínive, pero eligió ir a Tarsis. Y sabemos muy bien el resultado de esto: “El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches en su vientre.“. Jonás 1:17
Ha llegado el momento de evaluar, si no estás en apuros, precisamente por hacer lo que quieres y rechazar la voluntad de Dios. Y decídete, hoy, a no “hacerte el loco” nunca más. Mejor, haz la voluntad de Dios.
Oración: Señor, no quiero hacer mi voluntad, sino la tuya. ¡Amén!
Versículo base: “Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia.” Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor. (NVI) Jonás 1:2-3