“¡No, ese no es el camino que queremos!”

La palabra de Dios es una fuente inagotable de promesas, enseñanzas, historias, profecías y revelaciones. Leer y meditar la palabra de Dios es un privilegio que está al alcance de la gran mayoría de las personas en este planeta, aunque existen países y lugares donde el acceso a ella está prohibido y restringido.

Sin embargo, en este vasto mar de palabras de fe y esperanza, también encontramos duras advertencias. Y en el texto de hoy encontramos una palabra confrontativa del Señor, dirigida al pueblo de Judá, a través del profeta Jeremías. Y aunque esta palabra fue dirigida al pueblo de Judá, está en la palabra de Dios, para que sea una advertencia para ti y para mí.

Esto dice el Señor: “Deténganse en el cruce y miren a su alrededor; pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma. Pero ustedes responden: ¡No, ese no es el camino que queremos!”. Recuerdo entonces que, no son pocas las ocasiones, donde le decimos al Señor: «Este no es el camino que queremos». Es probable que no hablemos con palabras, porque no nos atrevemos a hacerlo, pero nuestras actitudes lo revelan.

Y entonces viene la severa advertencia, la palabra que no queremos buscar en la Biblia: “¡Escuchen, habitantes de toda la tierra! Traeré desastre sobre mi pueblo. Es el fruto de sus propias intrigas, porque se niegan a escucharme; han rechazado mi palabra. Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba. ¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas! No aceptaré sus ofrendas quemadas; sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí.”

Esta reflexión es una invitación a retomar el rumbo. Todavía hay tiempo para “dar la vuelta” y regresar al “camino antiguo, el camino justo”. Mientras todavía haya tiempo.

Oración: Señor, he rechazado tu camino. Pero hoy decido pedir perdón y volver al antiguo camino, al buen camino, por el que un día anduve. Señor, te pido que me reveles este camino. Amén.

Texto base:  Esto dice el Señor: «Deténganse en el cruce y miren a su alrededor; pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él. Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma. Pero ustedes responden: “¡No, ese no es el camino que queremos!”. Puse centinelas sobre ustedes, que dijeron: “Estén atentos al sonido de alarma”. Pero ustedes respondieron: “¡No! ¡No prestaremos atención!”. »Por lo tanto, naciones, escuchen esto; tomen nota de la situación de mi pueblo. ¡Escuchen, habitantes de toda la tierra! Traeré desastre sobre mi pueblo. Es el fruto de sus propias intrigas, porque se niegan a escucharme; han rechazado mi palabra. Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba. ¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas! No aceptaré sus ofrendas quemadas; sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí». (NTV) Jeremías 6: 16-20

Loading

Compartilhe:

Adicionar um Comentário

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *