No es solo un momento de debilidad

Nuestro pecado no es solo el resultado de un momento de debilidad. ¡No lo es! El pecado, antes de existir en la práctica, nace en nuestros corazones y pensamientos. Por lo tanto, el pecado es el fruto de un árbol que fue plantado, regado y cultivado en nuestra mente y corazón, hasta que dio su fruto.

Si tenemos luchas con el pecado, es porque no hemos cuidado nuestra mente y corazón. Sin embargo, cuando alimentamos nuestra mente con la lectura de la Biblia, con el escuchar la palabra de Dios, nuestra mente se fortalece y nuestro corazón no se contamina.

Cuando Jesús estuvo aquí en esta tierra, había una gran preocupación por ensuciarse a través de la comida. Jesús, sin embargo, mostró que la mayor preocupación que debe tener cada uno de nosotros no es lo que entra en nuestra boca, sino lo que sale de ella. “Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona“. Luego, sólo sale de la boca lo que ya está cultivado en el corazón. “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias”.

No digas más que pecaste en un “momento de debilidad”. Más bien, renueve su mente y llene su corazón con el amor, la gracia y la misericordia de nuestro Dios. Y mantente fuerte, en todo momento.

Oración: Señor, quiero renovar mi mente y purificar mi corazón de todo lo que no te agrada, para que no peque más contra ti. ¡Amén!

Versículo base: Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias. Éstas son las cosas que contaminan a la persona, y no el comer sin lavarse las manos. (NVI) Mateo 15:18-19