Nada está oculto a los ojos de Dios
Un japonés llamado Sogen Kato era considerado el hombre más viejo de la ciudad de Tokio. Nacido el 22 de julio de 1899, habría cumplido 111 años en 2010.
Según la familia, hace al menos 30 años, Sogen Kato decidió convertirse en un “Buda viviente” y empezó a permanecer aislado en su propia habitación.
La familia rechazaba, repetidamente, las visitas de los trabajadores sociales que querían comprobar el estado de salud de Kato. Hasta que se descubrió el engaño. Con una orden judicial, la policía invadió la casa de la familia y descubrió algo impresionante y hasta aterrador: Sogen Kato, momificado, en pijama, sentado en su cama. La conclusión de la policía fue que Kato probablemente había muerto en noviembre de 1978 y que durante todo este período, hasta 2010, la familia recibió regularmente su pensión.
En la casa de Kato vivían, su hija de 81 años, su marido de 83 y los dos hijos del matrimonio, de 53 y 49 años. Todos ellos fueron procesados por el delito de estafa.
Aunque casos como este son mucho más comunes de lo que pensamos y suceden en todo el mundo, el caso de Kato impresiona por dos razones: la primera, fue el hecho de que el engaño se sostuvo durante más de 30 años. Y el segundo fue la familia haber convivido con el cuerpo sin vida de su familiar durante tanto tiempo.
Sin embargo, como ocurre con toda mentira y engaño, no permanece oculto para siempre. Y esto es lo que nos dice el versículo 2, del capítulo 12, del libro de Lucas: “Llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos”.
Llegará el día en que todas las mentiras caerán por tierra. Y aunque esto no suceda aquí, en este planeta, en la eternidad, ya todo se sabe. Para Dios no hay nada desconocido. También encontramos esto en Hebreos 4, versículo 13: “No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas”.
Todos los días se revelan mentiras aquí en la tierra. Pero incluso una mentira llevada a la tumba, no es un secreto desconocido adónde vamos. Y ahí rendiremos cuentas a Dios.
Oración: Señor, que mi vida esté libre de las mentiras y engaños. Porque sé que nada es oculto a tus ojos. ¡Amén!
Versículo base: “No hay nada en toda la creación que esté oculto a Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos cuentas”. (NVI) Hebreos 4:13