Los dos monjes y la mujer
Se dice que dos monjes viajaban a pie, y estaban cruzando un río, cuando se encontraron con una mujer joven y hermosa, que también quería cruzar el río, pero tenía miedo. Entonces, uno de los monjes la permitió subirse a sus hombros y así la llevó al otro lado del río.
El otro monje estaba furioso. Su religión no permitía que un hombre tocara a una mujer, y su amigo monje no solo la tocó, sino que la cargó sobre sus hombros. Este monje estaba hirviendo por dentro, pero no dijo una sola palabra en todo el camino.
Llegando cerca del monasterio, el monje que estaba irritado finalmente dijo:
– “Tendré que decírselo a nuestro maestro. Está prohibido”.
– “¿De qué hablas? ¿Qué está prohibido?”, cuestionó el monje.
– “¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros”, respondió.
-“Sí, la llevé. Pero la dejé, allá en el río, hace muchas leguas. Tú, en cambio, todavía la llevas contigo…”
A menudo somos como este monje enojado. Durante años, llevamos algún sentimiento en contra de alguien, que hizo algo que nos disgustó. Con eso, dejamos de disfrutar los momentos, de crecer y de avanzar, porque estamos estancados en una situación que debería haber quedado atrás hace mucho tiempo.
Decide hoy soltar el peso que has estado cargando contra esa persona que te lastimó. Sentimientos como la ira, la envidia, los celos o el resentimiento solo traen amargura, bloqueos e incluso enfermedad. Pero hoy mismo puedes ser libre, si entregas tu carga a Dios.
Oración: Señor, quiero soltar esta carga que llevo, por lo que me han hecho. Decido perdonar y dejar toda esta situación en tus manos. En ti descanso. Amén.
Versículo base: Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará; Él nunca permitirá que el justo sea sacudido.(NBA2005) Salmos 55:22