Lo correcto es lo correcto, aun cuando nadie lo esté haciendo
Un gran desafío que tenemos como padres con nuestros hijos es enseñarles la verdad mencionada en el título de esta reflexión: lo correcto es lo correcto, aun cuando nadie lo esté haciendo.
Llegué con mis hijos a un supermercado, donde había una entrada y una salida. Por alguna razón, la mayoría de las personas entraban por la “salida”, ignorando las instrucciones de que la entrada estaba al lado. Mis hijos dicen: “Pero papá, todos están entrando por aquí“. Y es especialmente en las pequeñas cosas donde está la gran oportunidad de enseñar a nuestros hijos cómo un cristiano debe ser diferente y no hacer lo que “hace todo el mundo“. Porque es bastante común amoldarse a lo que hace la mayoría de la gente, olvidando lo que está bien y lo que está mal. Y correcto no deja de ser correcto, sólo porque la mayoría de la gente lo ignore.
Estacionar en un lugar prohibido, dar vuelta en “U” donde no está permitido, colarse en la fila, evadir el impuesto sobre la renta, mentir en el trabajo o no devolver el cambio equivocado son solo algunas de las situaciones que “la mayoría hace“, pero que no deben hacer parte de la vida de un cristiano. Lo que es correcto no deja de serlo porque nadie lo haga.
En el texto de hoy, Pedro nos enseña que, al optar por hacer el lo correcto, estamos “haciendo callar” a los ignorantes que hacen el mal: “Porque ésta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos.”
Que tú y yo nos acostumbremos a hacer lo correcto. ¡Siempre!
Oración: Señor, mi deseo es hacer lo correcto, aun cuando nadie más lo esté haciendo. ¡Amén!
Versículo base: Porque ésta es la voluntad de Dios: que, practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos. Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para disimular la maldad, sino que viven como siervos de Dios. (NVI) 1 Pedro 2:15-16