Las palabras matan

Todos tenemos un arma mortal, que puede destruir los sueños, las relaciones, la autoestima e incluso el futuro de un niño. Esa poderosa arma es nuestra boca.
Las palabras pueden ser más letales que la bala de un AK 47. Con nuestra boca tenemos el poder de matar a alguien sin siquiera darnos cuenta. Y tal vez ya “mataste” a alguien, simplemente no te diste cuenta. Porque es la muerte invisible, es la muerte interna, la muerte de los sueños, proyectos y futuros.
Por lo tanto, debemos tener cuidado con nuestras palabras. La Biblia dice que “la lengua hay poder de vida y muerte” (Proverbios 18: 21) y que “sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan debe salir de nuestra boca”. (Efesios 4: 29)
He intentado (estoy en el proceso) aplicar una regla que es esta: si no hay nada bueno que decir, si no hay nada que alabar, magnificar o admirar, ¡es mejor permanecer en silencio! No es un ejercicio fácil. Pero “la lengua que brinda consuelo es árbol de vida ” (Proverbios 15: 4) y mi deseo es llevar vida a los demás.
Oración: Señor, quiero aprender a dominar mis palabras. Quiero ser portador de palabras de vida y no de muerte. Ayúdame, señor. Amén!
Versículo base: “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto.” (NVI) Provérbios 18: 21