Las manos de los ímpios

Un accidente de tránsito conmocionó a Brasil en marzo de este año. En Santa Catarina, un camión atropelló a una pareja en motocicleta y los arrastró durante 32 km. Lo más impactante fue que el motorista del camión no se detuvo y mantuvo el camión en alta velocidad, a pesar de que el conductor de la moto seguía colgado de la ventana del camión rogándole que se detuviera. La esposa del motociclista falleció en el accidente.

Escenas como esta pueden sorprenderte. Sin embargo, muchas personas viven la vida con una actitud similar a la de este camionero. Llenos de odio y violencia, simplemente avanzan, sin importar si están lastimando a quienes los rodean o no. Y no estamos libres de encontrarnos con alguien así en el camino de la vida.

Lo que quiero decir hoy en esta reflexión es que el mundo está lleno de gente mala. Y puede que cruzemos con alguno de ellos en este camino que llamamos vida. Pero mi esperanza está en la liberación del Señor. El salmo de hoy dice que “nos libra de las manos de los impíos”.

Sabemos que los ímpios están ahí afuera, buscando a quién lastimar. Pero decido poner mi esperanza en Aquel que me guarda y que me libera de las manos de maldad.

Oración: Señor, quiero confiar en que me librarás de las manos de los impíos. No puedo entender muchas tragedias en este mundo, pero sé que nada sucedería sin su permiso. ¡Amén!

Versículo base: El Señor ama a los que odian el mal; él protege la vida de sus fieles, y los libra de manos de los impíos. La luz se esparce sobre los justos, y la alegría sobre los rectos de corazón. Alégrense en el Señor, ustedes los justos, y alaben su santo nombre. (NVI) Salmos 97:10-12