¿La vida imita el arte o el arte imita a la vida?
¿La vida imita el arte o el arte imita a la vida? Aristóteles decía que “el arte imita la vida”. Oscar Wilde, sin embargo, dijo que “la vida imita el arte más que el arte a la vida”. Pensando en ello, me recordé una curiosa historia de ficción y vida real.
“El Naufragio del Titan” fue un libro, escrito por Morgan Robertson en 1898, es decir, 14 años antes del Titanic hundirse en el Atlántico. El libro cuenta la historia ficticia de un transatlántico llamado “Titán” que se hundió en el Atlántico Norte después de estrellarse contra un iceberg. El libro fue famoso por su increíble coincidencia con el hundimiento del Titanic en la noche del 14 al 15 de abril de 1912. Curioso, ¿no?
No sé si la vida imita al arte o si el arte imita a la vida. Quizás los dos. Sin embargo, lo que sí sé, y nunca quiero olvidar, es que solo debemos imitar lo que es bueno. Ya sea en la vida o en el arte, solo imitemos lo bueno. “Querido hermano, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.” Quiero y debo aprender de los errores y aciertos de los demás. Puedo aprender de ambos. E imitar solo lo que es bueno.
Oración: Señor, siempre quiero imitar lo que es bueno, mientras aprendo de tu palabra. Amén!
Versículo base: “Querido hermano, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.” (NVI) 3 João 1: 11