La oración transforma nuestra realidad

6 imágenes de personas que sufren en un mundo caótico y la sombra de un joven intercediendo por ellos, con la frase: la oración transforma nuestra realidad.

Es mucho más fácil ganar en un juego cuando se conocen las reglas. Por poner ejemplos muy sencillos, si juegas al fútbol y tocas el balón con las manos habrá consecuencias, que pueden ser un penalti, una falta o incluso una expulsión. Sin embargo, si eres el portero, es fundamental que uses las manos, de lo contrario tu equipo seguramente perderá el partido. Finalmente, en cualquier juego, conocer las reglas es fundamental para el éxito y el resultado final.

Exactamente lo mismo sucede en la vida. Si no conoce las reglas, no obtendrá los mejores resultados. Las reglas del juego de la vida fueron establecidas por el creador. Y es totalmente inútil no estar de acuerdo con las reglas. Si en el fútbol tocas el balón con las manos dentro de tu área, será penalti. Por mucho que discutas con el árbitro y tengas una opinión diferente o digas que en el fútbol americano los jugadores también usan las manos y allá no ponen problemas, las reglas ya están establecidas.

Y entre las muchas reglas de vida, descritas en la palabra de Dios, quiero mencionar dos de ellas que considero las más importantes: el libre albedrío y la oración. En pocas palabras, Dios creó el mundo y le dio al hombre derecho a gobernar el planeta. Y le dio libre albedrío para tomar cualquier decisión. Por tanto, el mundo en el que vivimos hoy es el resultado de las decisiones del hombre (buenas y malas). Es decir que todos estamos, usted, yo y el resto de la humanidad, sujetos a un mundo que es el resultado de las decisiones del hombre.

Sin embargo, hay una manera de que Dios interfiera y cambie las circunstancias. Esto sucede a través de la oración. Y esa es la regla importante que hay que entender: si tú y yo no oramos, estamos sujetos al curso natural de este mundo, que muy probablemente no será el mejor. Pero cuando oramos, Dios interfiere y cambia los eventos, ajusta los hechos, redireciona las rutas y cambia nuestro destino.

No permitas que tu vida sea el resultado del libre albedrío de la humanidad. Pídale a Dios que con su mano poderosa interfiera en este mundo y Él lo hará.

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Oración: Señor, no quiero que mi vida sea el resultado del libre albedrío del hombre. Te pido que intervenga en todo momento en mi caminar. ¡Amén!

Versículo base: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. (NVI) Mateo 7:7-8

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