¿La ocasion hace al ladrón?

Tuvo lugar el 3 de septiembre de 2021 en Italia. Una anciana fue a una tienda y gastó $ 10 euros en dos “raspa y gana”. El primero no fue premiado, pero el segundo tuvo un premio de $ 500 mil euros. Luego, la anciana presentó el boleto ganador al empleado de la tienda, quien se lo entregó al dueño del establecimiento, para que éste procesara el pago del mismo. Sin embargo, para sorpresa de todos (incluidos los empleados), el dueño del establecimiento huyó con el boleto ganador en la mano. El hombre de 57 años sería detenido dos días después en el aeropuerto de Roma, pero sin el billete ganador, que hasta el momento aún no había sido localizado.

Entonces pregunto: ¿la ocasión hace al ladrón? Personalmente, creo que la ocasión solo revela al ladrón.

Nadie se convierte en ladrón solo porque se le presenta la ocasión. Sin embargo, el ladrón que ya existe dentro de nosotros se revela cuando tiene la oportunidad de tomar algo que no le pertenece. Algunos se sienten atraídos por el “tamaño” de la oportunidad (como en el relato anterior) y otros por la posibilidad de no ser jamás descubiertos. En ambos casos, sin embargo, el ladrón ya estaba allí.

Cuando no alimentamos nuestra mente y espíritu con las verdades de la palabra de Dios, nuestra carne se fortalece. Y nuestra carne está privada de valores, solo busca el placer y la satisfacción. Y si la carne está “sobrealimentada“, en el momento de la “ocasión”, el ladrón se revelará. El secreto, por tanto, es alimentar más el espíritu y menos la carne, cada día.

Oración: Señor, quiero alimentarme de tus verdades cada día, para que en la hora de la “ocasión”, no se revele lo peor que hay en mí. ¡Amén!

Versículo base: Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón, porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. (NVI) Hechos 8:22-23