La maldición sin motivo jamás llega a su destino
El 19 de septiembre de 1991, un par de escaladores alemanes encontraron un cuerpo congelado mientras escalaban una montaña en la frontera entre Italia y Austria. Este descubrimiento se hizo famoso cuando los investigadores concluyeron que el cuerpo podría tener más de 5.000 años. Apodado de “Otzi” o “Momia del Similaun“, se ha creado una superstición a su alrededor. Se decía que la momia estaba “enojada” con las personas que perturbaron su descanso. Esto se dio, porque al menos 7 personas involucradas en el estudio de la momia sufrieron accidentes que llevaron a la muerte, incluido el propio descubridor, Helmut Simon, quien murió en una tormenta de nieve y su cuerpo se encontró en la misma posición en la que fue encontrado a Otzi.
Conozco cristianos supersticiosos. Conozco cristianos que tienen miedo que alguien les haga brujería. Y que creen más en el poder del diablo que en el poder de Dios. Y si bien es cierto que el diablo tiene poder, también es cierto que no puede hacer NADA contra los que son siervos de Dios. No hay forma de que el diablo toque la vida de un hijo de Dios. Vemos claramente en el libro de Job que sin el permiso de Dios nada podría haber hecho el diablo. Y vemos hoy en el versículo de Proverbios, que “la maldición sin motivo jamás llega a su destino”. ¿Qué significa eso? Que una maldición solo llegará a tu vida si abres puertas y le das permiso. De lo contrario, no habrá “motivo” para que ella le haga daño.
Por tanto, toda superstición es una puerta abierta al enemigo. Cada consulta con un horóscopo, lectura de manos o cartas, jugar a la tabla ouija y otras prácticas son puertas abiertas que pueden dar lugar a una maldición en tu vida. Cierra las puertas, renuncia a toda práctica que se haya hecho en el pasado o que estás haciendo actualmente, y libra tu vida hoy de cualquier maldición.
Oración: Señor, hoy renuncio a cualquier práctica que haya abierto puertas al enemigo en mi vida. Tabla ouija, horóscopo, lectura de manos, mirar a las cartas, supersticiones, todo esto lo dejo en la cruz y me declaro limpio en el nombre de Jesús. ¡Amén!
Versículo base: Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a su destino. (NVI) Proverbios 26:2