La justa medida de Aristóteles
Aristóteles fue uno de los filósofos más importantes de nuestra historia. Sus libros continúan siendo leídos hoy en todo el mundo. Uno de los conceptos más interesantes traídos por él fue que la felicidad está en la virtud. Es decir, las personas más felices presentan acciones llenas de virtud.
Aristóteles defendía la virtud está en la “justa medida”, es decir, en el medio entre la falta y el exceso. En pocas palabras, su concepto decía que la virtud está en el “término medio” y no en los extremos. Por ejemplo, una persona no debe ser demasiado comunicativa y tampoco tan callada, o no debe ser tan malhumorada, pero tampoco debe ser demasiado juguetona. La virtud (o la felicidad) sería el punto intermedio entre estos extremos.
Salomón en el libro de Eclesiastés trae algunos conceptos similares. El libro habla de la importancia de buscar conocimiento ya que “la sabiduría tiene la ventaja de dar vida a quien la posee”. (Eclesiastés 7: 12). Pero al mismo tiempo observa que “el mucho estudio es fatiga para el cuerpo” (Eclesiastés 12: 12). Lo mismo en relación con el trabajo, predicando contra la pereza porque “por causa del ocio se viene abajo el techo, y por la pereza se desploma la casa” (Eclesiastés 10:18). Sin embargo, al mismo tiempo advierte que “más vale un puño lleno de descanso, que ambos puños llenos de trabajo y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 4:6).
Por lo tanto, nuestra vida siempre debe tener equilibrio. Ni la falta ni el exceso. La virtud está en la justa medida.
Oración: Señor, no quiero vivir en extremos que no te agraden, ni siquiera para trabajar o estudiar. Enséñame a encontrar la justa medida. Amén!
Versículo base: “No seas demasiado justo, ni tampoco demasiado sabio. ¿Para qué destruirte a ti mismo?” (NVI) Eclesiastes 7: 16