La gente se fija en las apariencias, pero Dios en el corazón
Una mujer inglesa llamada Mary Ann Bevan sufria de un trastorno hormonal, donde sus extremidades se hinchaban y se estiraban más de lo normal. La anomalía también afectaba su rostro. Y para poder alimentar a sus hijos, no dudó en inscribirse y participar en un concurso, que elegiría a la “mujer más fea del mundo“. Y ella ganó
Al leer su historia, me impresiona ver el corazón de una madre, a la que no le importaba que se rieran y burlaran de ella, para poder mantener a sus hijos. Una madre, que se humilló a sí misma, pensando única y exclusivamente en sus hijos. Pero también me llama la atención la capacidad que tiene el ser humano para burlarse de alguien por su condición física.
Mary Ann Bevan, independientemente de su apariencia, era la niña de los ojos de Dios. Pues la Biblia dice que “el hombre mira la apariencia, pero el Señor mira el corazón“. Dios veía a Mary Ann Bevan y podía ver a la mujer más hermosa.
Debes saber que tu apariencia no importa. Lo que realmente importa es lo que hay en tu corazón.
Oración: Señor, vivo en un mundo que juzga por las apariencias, pero sé que solo miras el corazón. Por eso, quiero cuidar mi corazón, para que te agrade. ¡Amén!
Versículo base: Pero el Señor le dijo a Samuel: No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón. (NVI) 1 Samuel 16:7