La clase que no sucedió

Sharon Christa McAuliffe fue seleccionada entre 11.000 maestros. Tendría el privilegio de dar la primera clase directamente desde el espacio. Ella estaba feliz. No había razón para preocuparse, finalmente, hacía más de 20 años que la NASA no tenía accidentes en un despegue de nave espacial. Era 28 de enero de 1986 y el mundo se detuvo para ver al Challenger ir al espacio. Sin embargo, 73 segundos después del despegue, el Challenger explotó, matando a Sharon y a otros 6 miembros de la tripulación. La clase que Sharon daría, directamente desde el espacio, nunca sucedió.

Hay tantos planes que hacemos, que no siempre se hacen realidad. No pretendo tener aquí una explicación para esto. Solo puedo recordar Proverbios 16: 1 que dice que “Los planes son del hombre; la palabra final la tiene el Señor“.

Sin embargo, si sabemos que la última palabra es del Señor, deberíamos siempre buscarla antes que cualquier otra cosa. Poner todos nuestros sueños y proyectos en sus manos es el paso más importante para incrementar las posibilidades de que sucedan. Jesús, para enfatizar con los discípulos la importancia de la oración, contó la parábola del juez injusto, quien escuchó el grito de la viuda y respondió a su pedido (Lucas 18: 1-8). Si incluso un juez injusto puede hacer justicia para responder al clamor de alguien, ¿cuánto más no nos responderá nuestro Dios, que es justo?

¡Pon tus planes en manos de Dios!
¡Clama a Él! ¡Y tus planes podrán convertirse en realidad!

Oración: Señor, quiero poner todos mis sueños y proyectos en tus manos, para que tengan tu bendición y se hagan realidad. ¡Amén!

Versículo base: Los planes son del hombre; la palabra final la tiene el Señor. (DHH) Provérbios 16:1