“Investigadores de redes sociales”
Ocurrió en septiembre de 2022. Una familia de 3 personas, padre, madre e hija, viajaba desde Ribeirão das Neves, en Belo Horizonte, para visitar a un pariente, cuando el auto quedó atascado en el lodo en una zona rural. En busca de señal de celular, madre e hija se adentraron en un bosque tratando de subir a un punto más alto y se perdieron. El padre, al no encontrar a su esposa e hija, buscó una casa y llamó a la policía. Se necesitaron 4 días de búsqueda en el bosque hasta que se pudo encontrar a la madre y la hija, aún con vida, y rescatarlas.
Lo que llamó la atención en esta historia fue que el padre inmediatamente pasó a ser sospechoso de haber cometido un delito. Sospechoso para la policía y ya condenado en las redes sociales, que lo acusaban de ser el responsable de la desaparición de madre e hija. Rápidamente, los “investigadores de redes sociales“, tras leer 2 o 3 párrafos de una noticia, ya “tenían todos los elementos” para dar un veredicto: culpable. Sin embargo, al ser encontrada, la madre confirmó que estaba perdida en el bosque junto con su hija y que su marido no tenía ninguna culpa.
Cuán rápidos somos para juzgar y condenar a alguien. Hacemos esto constantemente con las noticias de la televisión, pero también lo hacemos en nuestra vida diaria. Y si hay algo con lo que he luchado a diario, es el juicio. No quiero juzgar a nadie. Cada vez que un pensamiento de juicio viene a mi mente, inmediatamente renuncio a ese pensamiento. Porque aprendo en la palabra que “tal como juzguen se les juzgará”. Por tanto, si condenas a alguien sin pruebas o evidencias, puedes ser juzgado y condenado de la misma manera, sin pruebas ni evidencias. Si siempre piensas que el otro está actuando mal, se pensará de ti de la misma manera.
No seas un “investigador de redes sociales“, ni siquiera ese amigo o hermano que juzga cada acto de tu prójimo. A Dios pertenece todo juicio, pues sólo Él conoce todas las cosas.
Oración: Señor, no quiero ser investigador ni juez de la vida de mi prójimo. Líbrame de pensamientos de juicio. ¡Amén!
Versículo base: No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes. ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Déjame sacarte la astilla del ojo’, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano. (NVI) Mateo 7:1-5