Identificando a tu enemigo

Si sales a la calle y le preguntas a cualquier persona, sobre quién fue el mayor enemigo de David, es muy probable que la respuesta inmediata sea Goliat. Pero Goliat no fue el mayor enemigo de David.

Algo importante que debes entender: lo que derrotas fácilmente no puede ser considerado un enemigo. David necesitó unos minutos y unas cuantas piedras para derrotar a Goliat. Puede que pareciera grande y aterrador, pero cayó ante David, sin que éste hiciera mucho esfuerzo. Fue fácilmente derrotado.

David, sin embargo, tenía otro enemigo, que lo persiguió durante años, que lo hizo esconderse en cuevas y huir por el desierto. David tenía un enemigo que lo mantenía despierto por las noches, que hacía todo lo posible para hacerle la vida más difícil. Ese enemigo era Saúl. Podemos encontrar un relato completo en 1ª Samuel, desde los capítulos 18 al 24.

Al incorporar esta comprensión a mi vida, me doy cuenta de que las drogas no son un enemigo, ya que no tengo luchas en esta área. Las drogas son un Goliat que se puede derrotar fácilmente. El orgullo, sin embargo, es un verdadero enemigo, un Saúl en mi vida. Lucho con el orgullo a diario. Me cuesta mucho reconocer mis faltas y pedir perdón, especialmente con mi esposa y mis hijos.

Recuerdo entonces la advertencia de Pedro en su primera carta: “¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.”. Mi adversario, el diablo, no me tentará con las drogas, porque sabe que no tendrá éxito. Pero pondrá situaciones en las que mi orgullo saldrá a la luz.

¿Has identificado a tu verdadero enemigo? ¿En qué área te persigue el enemigo y te lleva a un desierto?

Oración: Señor, revélame cuáles son mis verdaderos enemigos, para que pueda estar consciente de las trampas de Satanás, que anda por ahí buscando una oportunidad para derrocarme. Ayúdame a identificar a estos enemigos para poder vencerlos. Amén.

Versículo base: ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el mundo también está pasando por el mismo sufrimiento. (NTV) 1ª Pedro 5:8-9

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