¿Hasta cuándo esta gente me seguirá menospreciando?

Una cosa que podemos aprender del pueblo de Israel es esta: no hay forma de llegar a la tierra prometida sin pasar por el desierto. Es un cruce necesario. Sin embargo, también podemos aprender que el tiempo que pasaremos en el desierto depende más de nosotros que de Dios. Depende de nuestra conducta en el pasaje.

El viaje del pueblo de Israel a través del desierto hasta la tierra prometida podría haberse hecho en 40 días. Sin embargo, duró 40 años, ¿por qué? Por la dureza del corazón del pueblo. Dios les había prometido la tierra que emana leche y miel. Pero hicieron de todo: dudaron, se quejaron, crearon dioses falsos, tuvieron relaciones con mujeres de otros pueblos. Es decir, hicieron todo lo que no agradaba a Dios. Llegó un momento en que Dios mismo le pregunta a Moisés: “¿Hasta cuándo esta gente me seguirá menospreciando? ¿Hasta cuándo se negarán a creer en mí, a pesar de todas las maravillas que he hecho entre ellos?“ (Núm. 14:11).

La misma pregunta, Dios hace ahora para esta generación: “¿Hasta cuándo esta gente me seguirá menospreciando?” Mientras menospreciemos a Dios, no saldremos del desierto. Podemos pasar décadas, quizás toda una vida vagando por el desierto, sin jamás entrar en la tierra prometida, como le sucedió a ese pueblo.

Decide hoy darle al Señor el PRIMER lugar en tu vida. La tierra prometida no está lejos.

Oración: Señor, hoy decido creer en ti y ponerte en primer lugar en mi vida. Ya puedo visualizar la tierra prometida desde lejos. Ayúdame a avanzar y salir de este desierto. ¡Amén

Versículo base: Entonces el Señor le dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo esta gente me seguirá menospreciando? ¿Hasta cuándo se negarán a creer en mí, a pesar de todas las maravillas que he hecho entre ellos? (NVI) Números 14:11