Guardamos la piedra y no las palabras
La Piedra de la Coronación es como se conoce un bloque de piedra arenisca roja, utilizado durante siglos para coronar a los monarcas de Escocia, Inglaterra y Gran Bretaña. Se utilizó por última vez en 1953, en la coronación de la reina Isabel II. Un detalle muy interesante sobre esta piedra es el hecho de que es considerada como la piedra de Jacob, ya que supuestamente sería la piedra donde Jacob descansó su cabeza y tuvo su sueño en Betel.
La humanidad guardó la piedra donde Jacob descansaba su cabeza. Pero no guardó las palabras que le fueron dichas a Jacob: “Yo estoy contigo y te protegeré por dondequiera que vayas”. Y así caminamos sin rumbo, perdidos y desorientados. Guardamos la piedra y no las palabras.
Mi invitación para hoy es esta: suelta la piedra y guarda las palabras. No es la piedra donde Jacob apoyó la cabeza lo que tiene valor. Lo que cuenta son las palabras que Dios le dijo. Y a través de estas palabras, puedo saber que Dios estará conmigo y cuidará mi vida, esté donde esté.
Oración: Señor, hoy suelto la piedra y guardo tus palabras. Gracias por estar conmigo en todos mis caminos. ¡Amén!
Versículo base: Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios. En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: “Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado. Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia. Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido. Al despertar Jacob de su sueño, pensó: “En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no me había dado cuenta.” (NVI) Génesis 28:12-16