Estamos llamados a marcar la diferencia

Estaba leyendo una entrevista con la actriz Emma Watson donde relata un evento en su cumpleaños número 18. Para cualquier joven, cumplir 18 años es un “anhelo”, ya que es oficialmente el momento en el que te conviertes en un “adulto”. No fue diferente para Emma Watson, quien celebró la fecha especial con una fiesta. Sin embargo, cuando salió de la fiesta, también se enfrentó a una nueva realidad. Los paparazzis, que la esperaban afuera del evento, le tomaron muchas fotos. Y algunos de ellos se acostaron en el piso para tomar fotos debajo de su vestido. Habiendo cumplido 18 años, ya no era un delito y los fotógrafos querían tomar fotografías de sus partes íntimas para venderlas a los tabloides y ganar dinero. Estas fotos, 24 horas antes habrían sido un delito, pero ahora eran “legales”.

Emma Watson pudo entonces, horas después de cumplir 18 años, conocer de cerca el perverso mundo de los “adultos”. Un mundo donde no existe el respeto por los demás, solo existe la codicia y la búsqueda incansable del beneficio personal, muchas veces a cualquier precio.

Nosotros, sin embargo, estamos llamados a hacer la diferencia en este mundo perverso. Y nuestra responsabilidad comienza con ser diferentes del mundo. Si el mundo no valora a los demás, nosotros sí. Si todos en el mundo buscan sus propios intereses, nosotros buscamos los intereses de los demás. Si la realidad de la vida es la “ganancia” a cualquier costo, nosotros aceptamos la “pérdida” a favor de los necesitados.

En el texto de hoy, el salmista nos advierte: “No te irrites a causa de los malhechores; No tengas envidia de los que practican la iniquidad”. Antes, “confía en el Señor, y haz el bien; Habita en la tierra, y cultiva la fidelidad”. Mientras estemos en este mundo, viviremos con gente malvada. Nosotros, sin embargo, haremos la diferencia, confiando en quien nos protege.

Oración: Señor, en ti confío. En un mundo lleno de gente perversa y sin escrúpulos, quiero marcar la diferencia confiando en ti. Amén.

Versículo Base: No te irrites a causa de los malhechores; No tengas envidia de los que practican la iniquidad. Porque como la hierba pronto se secarán Y se marchitarán como la hierba verde. Confía en el Señor, y haz el bien; Habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. (NBA2005) Salmo 37:1-3