Esclavitud

Un ser humano en situación degradante. Romanos 6:6

En la gran mayoría de los países del mundo, la esclavitud fue abolida hace más de 150 años. Sin embargo, fue hace poco más de 60 años que se abolió la esclavitud en Arabia Saudita, uno de los últimos países del mundo en decretar su abolición. El Príncipe Faisal decretó la abolición, y el gobierno pagó aproximadamente U$ 2,000 por cada esclavo.

Muchas personas afirman que Dios aprueba la esclavitud, porque la Biblia trae instrucciones para esclavos y dueños de esclavos. Sin embargo, no es una interpretación correcta de la palabra. No podemos olvidar que Dios nos “creo a su imagen y semejanza” (Génesis 1:26) y que “fue para la libertad que Cristo nos llamó” (Gálatas 5: 1).

Ciertamente, la esclavitud en la Biblia es un tema extenso y controvertido y no habría suficiente espacio en esta reflexión para tratarlo. Sin embargo, es interesante notar que la ley ordenaba que un esclavo fuera liberado en el séptimo año de esclavitud. Y solo sería un esclavo toda su vida, aquél que eligiera serlo (Éxodo 21: 2-6). Por otro lado, era totalmente prohibido secuestrar a alguien para ser vendido como esclavo y tal práctica debería ser castigada con la muerte (Éxodo 21:16). Y si un esclavo huía, no debería ser devuelto a su amo en contra de su voluntad y ni siquiera debería recibir castigo (Deuteronomio 23: 15-16).

Finalmente, es interesante entender que la esclavitud, según las escrituras, era en gran medida, una decisión propia. Así como nuestra “esclavitud” en relación con las cosas del mundo es una decisión individual. Somos esclavos del pecado (Romanos 5: 6), pero solo necesitamos una decisión para ser libres. “Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos,” Romanos 6: 12.

Toma la decisión de ser libre. La libertad es una decisión.

Oración: Señor, quiero ser libre. Quiero dominar mis deseos y ser libre de las tentaciones de este mundo. Amén!

Versículo base: “Sabemos que lo que antes éramos* fue crucificado con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado. Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él.” (NVI) Romanos 6: 6-8

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