¡Es necesario morir para vivir!
Algo que muchos tal vez no entiendan de inmediato, en el momento en que aceptan a Cristo como su señor y salvador es esto: es necesario morir para vivir.
Pablo en su carta a los Romanos trata de explicar esta verdad. Cuando elegimos aceptar a Cristo, estamos siendo crucificados junto con él. Es decir, estamos muriendo por nuestra vieja vida, los viejos hábitos, para resucitar juntos con Cristo y vivir su vida, ya no la nuestra.
Conocí a alguien que dijo que no aceptaría a Cristo porque tendría que “dejar las fiestas y los amigos“. Y hay muchos que no quieren un compromiso real con Dios, porque saben que eso implica “morir” a ciertas cosas. La verdad, sin embargo, es que para seguir a Cristo tenemos que morir a TODO y no sólo a “algunas cosas“. Pero cuando “morimos” a todo por Cristo, nacemos de nuevo. Nuestros corazones se transforman, por lo que nuestros deseos también se transforman. Lo que antes era “esencial” pierde su valor, porque a través del espíritu, llego a comprender lo que es realmente valioso, pues ya no vivo preso a mi carne y sus deseos. Paso a tener la mente de Cristo y a percibir todo y a todos de una manera diferente.
Aceptar a Cristo es morir a mi naturaleza carnal, defectuosa y pecaminosa. Es vivir la vida de Cristo, pasando a tener su mente, su corazón y sus pensamientos. ¡Es necesario morir para vivir! Pero morir lo que no vale para vivir la vida verdadera que Dios diseño para ti.
Oración: Señor, quiero tener la mente de Cristo. Ya no quiero vivir mi vida en la carne y en mis deseos, pero quiero vivir mi vida en Cristo Jesús. ¡Amén!
Versículo base: Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, porque, el que ha muerto ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él, y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. En cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. (NVI) Romanos 6:6-11