Encontrando el propósito
Jacqueline Saburido fue una venezolana que en 1999, cuando apenas tenía 20 años, vio su vida completamente transformada. Regresaba de una fiesta con amigos cuando su automóvil fue embestido por otro vehículo, por un conductor ebrio. Su auto se incendió, dos de sus amigas murieron y Jacqueline, aunque sobrevivió, quedó completamente desfigurada por las llamas. Incluso después de más de 100 cirugías, su apariencia nunca volvería a ser la misma. ¿Qué hizo Jacqueline con su vida entonces? Le dio un propósito. Se convirtió en un símbolo en la lucha contra la conducción en estado de ebriedad, hizo campañas, dio entrevistas, contó su historia, expuso su rostro.
Me cuesta aceptar cuando suceden tragedias en la vida de alguien. Pero me asombro cuando veo a alguien convertir su tragedia personal en un propósito de vida. No es fácil encontrarle sentido a una tragedia. Y lo más probable, es que la mayoría de las veces, no encontraremos ningún significado en un infortunio. Sin embargo, siempre es posible encontrar un propósito. Cualquiera que sea tu lucha, puedes encontrar un propósito en ella.
Elijo aferrarme a Romanos 8:28 incluso cuando no puedo entender lo que sucede a mi alrededor: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.” Aún sin entender, elijo creer que todo es para mi bien, porque he elegido amar a Dios.
Oración: Señor, elijo amarte. Y creo que todo lo que pasa tiene un mejor propósito para mi vida. ¡Amén!
Versículo base: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,* los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. (NVI) Romanos 8:28