“En verdad, este era el hijo de Dios”

El relato de la crucifixión de Jesús lo encontramos en los 4 evangelios: en Mateo 27, del versículo 33 al 44, en Marcos 15, versículos 22 al 32, en Lucas 23, versículos 33 al 43 y finalmente en Juan 19, versículos 17 al 30. Las palabras de un centurión se citan en 3 de ellos: Mateo, Marcos y Lucas.

Después de haber azotado a Jesús, de ponerle una corona de espinas en la cabeza, después de golpearlo en la cara con una vara, después de clavarlo en una cruz, de burlarse de él, de robarle la ropa y ver su agonía y sufrimiento, y finalmente, después de verlo dar su último aliento y morir, sus verdugos pronunciaron la frase que da título a esta reflexión: “En verdad, este era hijo de Dios

El versículo 54 de Mateo dice que esta frase fue pronunciada por un centurión. En Roma, un centurión era un comandante que dirigía un grupo de 100 soldados. Este centurión probablemente había comandado la ejecución de Jesús y estaba acompañado por un grupo de soldados. El relato de Mateo nos dice que no solo él, sino también sus soldados, estaban aterrorizados por lo que acababan de hacer: “El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: «En verdad este era Hijo de Dios». 

Quizás después de haber matado a Jesús, esos soldados pensaron que era demasiado tarde. Es probable que pensaran que nunca tendrían el perdón de Dios por lo que acababan de hacer. Estaban aterrados porque comprendieron que habían matado al hijo de Dios. Pero mi amado hermano, no era demasiado tarde para ellos. Al igual que no es demasiado tarde para ti o para mí. Todavía hay vida y aire en nuestros pulmones, y es hora de reconocer que Cristo es verdaderamente el hijo de Dios, entregarle nuestra vida y cambiar, no solo nuestra vida, sino, de generaciones enteras.

Hoy es el día perfecto para reconocer que Cristo es verdaderamente el hijo de Dios.

Oración: Señor, ante ti, reconozco hoy que Cristo es tu hijo, el Dios que se hizo hombre, habitó entre nosotros, dio su vida en la cruz para que pudiera tener la vida eterna. Y por eso, te recibo hoy como mi Señor y Salvador. Amén.

Versículo base: Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: «Miren, está llamando a Elías». Entonces uno corrió y empapó una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, dio a Jesús a beber, diciendo: «Dejen, veamos si Elías lo viene a bajar». Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró. Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Viendo el centurión que estaba frente a Él, la manera en que expiró, dijo: «En verdad este hombre era Hijo de Dios». (NBA2005) Marcos 15:37-39

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