El viejo y su bicicleta

Alaba alma mia al Señor. Salmos 103: 2

En 2019, cuando regrese para vivir en Colombia, tenía el privilegio de llevar a mis hijos en bicicleta a la escuela. Este tiempo fue un gran regalo de Dios. Además del ejercicio físico, siempre tomaba el tiempo y la ruta para pensar u observar cuidadosamente a las personas en la calle. Así, una mañana observé a un anciano, ciertamente tendría entre 70 y 80 años, andando en su bicicleta. Por la ropa que vestía el señor, estoy seguro que iba camino al trabajo.

Entonces pensé en lo difícil que es llegar a la vejez y no poder descansar. También pensé lo difícil que podría ser para este señor, a tan avanzada edad, tener que ir en bicicleta para su trabajo. Entonces me di cuenta de que tenía muchas cosas en mi vida que agradecer.

Sin embargo, mis pensamientos no se detuvieron ahí. Luego pensé que este anciano también tenía motivos para agradecer. A una edad avanzada, todavía tenía la fuerza para pedalear. Además, en un mundo que descarta rápidamente a las personas mayores del mercado laboral, este señor todavía tenía un trabajo que seguramente le daba el sustento a su hogar. Llegué a la conclusión de que este anciano también tenía motivos para agradecer.

Y al igual que el viejo en su bicicleta y yo, tenemos motivos para agradecer, seguramente tú también los tienes. Seamos agradecidos, entonces, porque nuestro Dios está complacido con los que están agradecidos.

Oración: Señor, mi deseo es tener un corazón agradecido que reconozca tus bendiciones en mi vida. Amén!

Versículo base: “Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.” (NVI) Salmos 103: 2

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