El miedo al “qué pensarán”
Algo con lo que todos lidiamos es el miedo al “qué pensarán”. Este pensamiento nos viene a la mente cada vez que iniciamos un negocio, o ponemos en práctica una nueva idea o un nuevo hábito.
Recuerdo que cuando empecé el ministerio Hora de Orar, pensaba mucho en esto: “¿qué pensarán mis amigos si les mando un mensaje?”. Y mi primera lista de correo devocional, la hice sólo unos pocos “amigos”, y resultó en el bloqueo de mi número de teléfono. Sí, un “amigo” me denunció para el WhatsApp y terminé perdiendo mi número de teléfono. Después de eso, entendí que sólo debía enviar mensajes a quienes voluntariamente las solicitaran. Y hoy tengo una lista de correo diaria de más de 1500 personas.
Cuando comienzas un nuevo ministerio, no serás criticado por alguien que ya tiene más de 10 mil seguidores: serás criticado por tu amigo que nunca ha hecho nada en su vida, no lee la Biblia y no tiene comunión con Dios.
Si montas un negocio, no serás criticado por el empresario exitoso, que ya venció en la vida: serás criticado por aquellos que solo han fracasado y tienen miedo de verte prosperar.
Si te expones en redes sociales, grabando vídeos o con cualquier proyecto digital, no serás criticado por ningún influencer que tenga más de 1 millón de seguidores: serás criticado por aquellos que tienen miedo de hacer lo que haces. Y ese alguien, probablemente se reirá de ti, como mecanismo de protección ante su propia frustración e incapacidad para hacer lo que estás haciendo.
Pero mi hermano y hermana, finalmente, no importa “lo que piensen de ti”. Sólo importa lo que Dios piensa de ti. Ese es el único pensamiento por el que tú y yo deberíamos preocuparnos. Es a Él a quien debemos agradar en todo lo que hacemos.
Oración: Señor, mi deseo es agradarte a ti y no a los hombres. No quiero ser yo quien se preocupe por “lo que pensarán”. Sólo tus pensamientos me importan. Amén.
Versículo base: Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo. Ni ando buscando quedar bien con nadie. Si así lo hiciera, ya no sería yo un servidor de Cristo. ¡Para mí, lo importante es que Dios me apruebe! (BTLA) Gálatas 1:10