El legalista odia la salvación por gracia
Un legalista odia la salvación por gracia.
He observado cuidadosamente cómo la salvación por gracia desespera a un legalista. Él no puede aceptar el hecho de que la salvación es un favor inmerecido, es gracia, no depende de lo que yo pueda o no pueda hacer. Él no soporta que ya no viva bajo la ley, sino por la gracia. Pero esta es la gran verdad del plan de salvación: ¡es por gracia!
El mayor temor del legalista es que, entendiendo que vivo por gracia y ya no por ley, ya no seguiré la ley de Dios. Por eso, cuando se manifiesta en un círculo de amigos o en las redes sociales, el legalista solo puede hacer declaraciones en relación al juicio, la condenación del pecado o la muerte eterna de los impíos. Pero él no quiere o no puede hablar de la gracia y el amor de Cristo.
Un legalista no habla de Romanos 3:27 y 28: “¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe. Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.” Tampoco, de que Romanos 4:5 añade: “Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia“.
El punto central que un legalista no puede entender, es que ya no sigo la ley por miedo o temor de la muerte. Pero la cumplo, porque fui alcanzado por el amor, la gracia y la misericordia de Cristo. Porque “puesto que morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él”, Romanos 6:8. Entender que no estoy bajo la ley, sino bajo la gracia, no es “licencia para pecar”, sino verdadero entendimiento de que la salvación no es por las obras y que no hay nada que yo pueda hacer, porque ya todo está hecho por Cristo.
Oración: Señor, no quiero ser un legalista, alguien que vive con miedo a la ley, predicando el odio y el juicio. Quiero comprender tu gracia y misericordia, y vivir sabiendo que soy salvo por lo que Cristo hizo en la cruz y no por obedecer tu ley. ¡Amén!
Versículo base: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.” (NVI) Efésios 2:8-9