El hombre que evitó la tercera guerra mundial
Un hombre. Una decisión. Unos pocos minutos y la necesidad de una decisión que podría haber cambiado la historia de la humanidad.
Su nombre es Stanislav Petrov, un ruso que fue teniente coronel en el Ejército Rojo. El 26 de septiembre de 1983 estuvo a cargo del búnker Serpukhov-15, cerca de Moscú. Unas semanas antes, Rusia ya había derribado por error el Boeing 747 de Corea del Sur, matando a 269 civiles. Y la responsabilidad de Petrov era notificar y responder a cualquier advertencia de ataque con misiles nucleares estadounidenses contra la URSS.
Poco después de la medianoche, las computadoras enviaron alertas sobre misiles estadounidenses enviados contra la URSS. Sin embargo, algo le decía a Petrov que era una falla en el sistema. Durante varios minutos, el teniente coronel Petrov se mostró reacio a tomar la decisión de responder y enviar misiles nucleares contra Estados Unidos. Finalmente, resultó que en realidad se trataba de una falla del sistema. Petrov tenía razón.
Otro dato muy interesante esa noche: Petrov no debería estar allí, ya que su comando no estaba programado para esa fecha. Y el resultado podría haber sido muy diferente con otra decisión distinta a la de Petrov.
Esta historia me hace pensar que Dios pone a las personas en el lugar correcto en el momento adecuado para tomar decisiones difíciles. Es muy posible que hoy, estés en el lugar y en el momento determinados por Dios para tomar una decisión importante. Decisiones que afectan tu vida y la de las personas que te rodean. Así que no te apresures. No tome decisiones importantes a la ligera, especialmente si estás triste o angustiado. Más bien, busca a Dios. “No te apoyes en tu propio entendimiento; reconoce al Señor en todos tus caminos“, Proverbios 3: 5.
Oración: Amado padre, necesito tu ayuda para tomar decisiones importantes. No quiero confiar en mi propio entendimiento. Elijo confiar en ti y en tu dirección. ¡Amén!
Versículo base: Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser. (NVI) Provérbios 3:5-8