El granjero y su caballo
Esta historia fue escrita por el filósofo británico Alan Watts. Ella cuenta que cierto granjero chino perdió uno de sus caballos, que saltó la cerca y huyó. Sus amigos se enteraron y le dijeron al granjero: “Vaya, qué mala suerte, ¿eh?” A lo que el granjero respondió: “¡Quizás!“
Al día siguiente, el caballo fugitivo regresó con otros 7 caballos salvajes. Sus vecinos entonces dijeron: “Vaya, qué suerte, ¿eh?” A lo que el granjero respondió: “¡Quizás!“
El otro día, el hijo del granjero estaba tratando de entrenar a uno de estos 7 caballos salvajes y terminó cayendo y rompiéndose la pierna. Luego vinieron los vecinos que dijeron: “Guau, mala suerte, ¿eh?” A lo que el granjero respondió: “¡Quizás!“
Después de otro día, algunos oficiales del ejército visitaron la granja para reclutar jóvenes para una guerra que se aproximaba. Pero como el niño tenía una pierna rota, fue rechazado. Una vez más, los vecinos regresaron y dijeron: “Guau, pero ¿no es maravilloso?” A lo que el granjero respondió: “¡Quizás!”
La gran lección de esta historia radica en la complejidad de la vida. No podemos determinar que algo malo que sucede es realmente malo, así como es imposible determinar que todo lo que sucede que es bueno en nuestras vidas es verdaderamente para nuestro bien.
Pero de lo que podemos estar seguros es de las promesas de Dios descritas en su palabra. Dios nos dice que “a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien” (Romanos 8:28) y al igual que en la vida de José, “Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo” (Génesis 50:20). Entonces, en todas las circunstancias, confiemos en que nuestro Dios tiene el control.
Oración: Señor, quiero creer en ti y que todas las cosas trabajan para mi bien, porque he aprendido a amarte y darte toda mi vida. Amén!
Versículo base: “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.” (NVI) Génesis 50:20